PROTESTA

Bueno, aquí estoy, intentando escribir alguna cosa, o al menos buscando algún tema adecuado, pero nada.
  Me preocupan tantas cosas....El mundo...¿Qué mundo?....
¿Ese qué a diario se nos muestra delante del televisor, o que aparece a trocitos reflejado en los periódicos?,

  Parcelas de mundo devastadas por la propia naturaleza, que a veces se nos muestra fiera e incontrolable, que sí, que mirando el globo terráqueo, ese que muchos de nosotros tenemos aún sobre la mesa del escritorio, esos trocitos  son pequeños como la punta de nuestro dedo, esos trocitos de mapa, pequeños mundos, a los que dando la vuelta a la bola, sobre el eje que la mantiene, damos la espalda sin más.

   Esos trocitos de mundo, donde aún, la paz es una ilusión impensable, y la hambruna es el pan de cada día.

  Ahora pongo mi dedo sobre uno de esos pequeños trozos de planeta. Una de esas parcelas, y trato de imaginar, que hubiera sido de mí, o de cualquiera de las personas que a diario comparten vida conmigo, de haber nacido sobre uno de esos trocitos?

 Levanto el dedo, observo y pienso: ¿Que diferencia hay entre aquel mundo y éste?.
es más: ¿Es que en ese mundo no hay seres sensibles igual que aquí?
¿Seres que sufren dolor si se les tortura?
¿Seres que lloran cuando pierden a un ser querido? ¿Seres que enferman?
       ¿Entonces..?

                                                               PROTESTA

Que suenen alarmas en el mundo entero.

Repiquen campanas en los campanarios.

Que canten las voces, que repita el eco,

su canto en las noches en plan solidario.

Protesten las almas que aún tienen dueño.

   Que mil flores nazcan en los yelmos campos.

       Que no haya reproches que hacerle a los viejos.

      Que no haya ni un joven que esté sin trabajo.

Que sea quien manda, mandatario bueno.

Que tengan agallas los que han de cuidarnos.

Que no nazcan pobres para enriquecerlos.

Que sean mas nobles, los que son tan falsos.

Que sea una nana el canto mas bello.

Que no haya ventanas cerradas al campo.

Que no nos explote, el que puede hacerlo.

Que se oigan las voces de los sindicatos.

Que corran las aguas de los riachuelos,

cristalinas, claras, como las de antaño.

No faltan razones para convencerlos,

mas ellos no oyen, desde hace mil años.