MI CASITA
Hoy la he visto a mi
casita
La he buscado tantas
veces,
en los sueños que mi
mente
evocaba desde niña,
Hoy la he visto,
sigue allí,
tan viejita como
siempre,
muy maltrechas sus
paredes,
y abandonado el
jardín.
El pozo y el cubo de
cinc,
lleno ahora de
agujeros.
¿Con qué regaría mi
abuelo,
si pudiera revivir?
El huerto ya no es un
huerto,
es presa de
matorrales,
de zarzas, y plantas voraces
y de ratones
hambrientos.
¿Y en
el pino que tantas veces
me cobijara en mis
juegos?
¿Cuantos nidos habrán
hecho
en él, los pajarillos
silvestres
y cuantas arañas sus
redes
habrán tejido en el
tiempo?
¿Y aquel jardín
caprichoso
que al empezar nuevo
día
habría sus
florecillas,
formando un tapiz
hermoso?
¿Qué flores
cultivaría
mi abuela en este
terreno
ahora vacío y yelmo
si ella volviera a la
vida?
La casa sigue vacía,
El tiempo no la ha
borrado.
Nadie jamás la ha
habitado,
desde que yo era una
niña.
Tal vez entre sus
ruinas
haya alguna huella
mía
De mi infancia, pues
de niña
por sus pasillos
corría.
Me escondía entre
cortinas
y jugaba al pilla
pilla
lo que hace cualquier
niña..
A los tres o cuatro
años
Tal vez entre sus
paredes
algún recuerdo
olvidado,
algún resquicio me
quede
de aquellos tiempos de
antaño
testigo en el
presente
de lo que fue mi
pasado.
La casa sigue vacía,
Y mis recuerdos de
niña
bullen aún en mi
mente:
y si sigo recordando
los dulces momentos
pasados
entre estas cuatro
paredes
de pequeña aun puedo
verme
jugando a las cocinitas
y vistiendo a mis
muñecas
y saltando con mi
cuerda
de sonoras
manecillas.
Miro el jardín
descuidado
por última vez en mi
vida
y ahora me veo
jugando
jugando a las cuatro
esquinas,
o saltando por las
piedras
cantando una
cancioncilla
o haciendo castillos
de arena
con aquella arena
fina
ensuciándome las
manos
el vestido, las
mejillas.
Si aquellos años
volvieran
Si yo volviera a ser
niña…
Es la niñez que se
aleja..
un poco más cada día.
Cuando escribí este poema, la casa seguía en pié, destartalada como ya he dicho, desconchada, malherida, casi de muerte, pero seguía allí. La vi de casualidad , pues hacía tiempo que aún pasando por delante creía que ya no existía.: Una inmensa valla, y un terreno lleno de zarzas ocultaban su presencia Pero un día, todas esas zarzas desaparecieron. Alguien estaba trabajando en aquel terreno. Fue entonces cuando la vi.. Pequeña. Diminuta. Más pequeña aún de lo que yo recordaba. Cuando somos niños todo nos parece más grande ¿verdad?
A la entrada, un pequeño salón, que servía a las veces de comedor y de cocina, una cocina diminuta, en la que si mal no recuerdo siempre había una olla hirviendo. Aquel olor a sopa, el calor que desprendía, los escasos enseres colgados en la pared, aquellos armarios de obra, tapados con cortinillas para que el polvo no penetrara dentro, y los pesados platos de arcilla siempre colocados en el platero del pollete, son recuerdos que aún, hoy en día disfruto de evocar.
El salón, con tan solo las sillas suficientes para que todos los miembros de la familia, tuviéramos un lugar en la mesa, ni una más, que si se le rompía la pata a una de ellas, había que darse prisa en arreglarla o comer por turnos.
Recuerdo la ventana, que escasamente daba luz a la sala, y desde la que se veía todo el jardín, en aquellos tiempos repleto de flores de todo tipo.
Al fondo, casi tocando a la verja, el pino, redondo y majestuoso, y bajo el pino, un montón de arena, que mi abuelo nos puso para jugar. Allí, entre sol y sombra, al amparo de aquel pino, rodeada de arena, es donde recuerdo haber jugado más tiempo.
En verano incluso nos dejaban jugar con cubitos de agua, y hacíamos castillos. (Nunca nos hizo falta ir a la playa para jugar con la arena, ni para andar descalzos sobre ella..
Bueno, cuando escribí este poema, la casa o las casi ruinas de la casa, aún estaban ahí. De ello tengo unas cuantas fotos como testigos, y gracias a ello puedo verla de vez en cuando, porque ahora, pasado unos años, esa casa ha dejado de ser un presente para formar parte del pasado de una niña que ya no es tan niña, pero que guarda entrañables recuerdos de esa niñez que nunca, por tiempo que pase, es olvidada.
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