LOS VENTILADORES
Escuha, es un
pueblo minero del olvidado y arrinconado Teruel, situado en medio de minas de
carbón, en la actualidad inactivas, rodeado de bellos paisajes agrestes, pero
poco productivos, donde las piedras, entre pinos raquíticos por la falta de
agua, se encargan de formar el entorno de este lugar, y moldear a capricho las
laderas de la montaña y donde el olor a carbón aún hoy en día impregna el
ambiente, hasta el punto de sentir que marea.
De vez en cuando,
una polvareda fina y oscura, reseca como el aire de esta zona, tiñe los pétalos
de las escasas flores que, ignorando el medio hostil en que han nacido florecen
en medio del campo.
Más arriba, cuando
el pequeño pueblo parece un pesebre visto desde las alturas, subiendo por la
montaña, a mano derecha, se extiende un bosque difícil de describir y aún más
arriba una extensa meseta, llamada San Just, casi interminable a simple vista y
habitada tan solo por solitarios molinos de viento. (Esos gigantes modernos, blancos como la
nieve misma que en invierno cubre estas
tierras, esbeltos, de hélices descomunales. Esos gigantes que nuestro Quijote
no entendería por más que le explicáramos….En la meseta, siempre hace viento,
un viento fuerte, huracanado…)
Eric, tenía seis
años cuando lo llevamos a aquel lugar. Al bajar del coche, el viento se lo
llevaba y Eric casi cae rodando por los suelos…
Tras unas trepidantes carcajadas, miró hacia los gigantes y
exclamó:
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