dimarts, 2 d’agost del 2022

Cuando debemos hacer una elección y no la hacemos, esto ya es una elección.

WILLIAM JAMES.

 ¿QUÉ DEBO HACER?

¿Cómo escoger un camino, entre tantos que la vida nos ofrece?

¿Cómo elegir la ocasión, el momento que nos lleve a andar por la vida seguros de lo que hacemos siempre?

Nos pasamos la vida tomando decisiones, como bien dice el filósofo estadounidense y fundador de la psicología funcional, en una de sus frases. Incluso cuando no elegimos, estamos eligiendo.

Es nuestra condición. Quizás y en demasiadas ocasiones nuestra propia condena. Estamos condenados a escoger sí o sí, entre miles de opciones, entre múltiples caminos, entre un sin fin de oportunidades, siempre en todo momento debemos escoger una de ellas. Es como los zapatos, aunque tengamos un armario entero de pares, dispuestos en orden, por colores, formas, diseño, etc, solo tenemos dos pies, luego todos los demás quedarán en el vestidor, hasta que tú tomes la decisión de usarlos. Solo es cuestión de escoger el calzado correcto para la ocasión requerida.

En la vida, la que todos llevamos a cuestas, las ocasiones a menudo nos pasan por delante sin casi percibirlas, sin casi darnos la oportunidad de reconocerlas y por tanto experimentarlas, de aceptarlas como tales, y las dejamos escapar. Permitimos que se desvanezcan antes siquiera de hacerse materiales. También aunque puede que inconscientemente, estamos decidiendo.

Aceptamos que siendo humanos, tenemos derecho a equivocarnos, eso lo asumimos frecuentemente, pero ah.. amigos, de vez en cuando, la vida, nuestra vida, nos da con ello en la cara y nos demuestra que tomar una decision acertada es algo bastante difícil.

Solemos arrepentirnos de haber tomado ciertas decisones, cuando éstas han desembocado en algo contrario a nuestras expectativas -los hechos se encargan de demostrarlo- y entonces viene el arrepentimieto, el malestar, la desgana y acabamos cayendo en un profundo mar de dudas y decidimos no tomar decisiones. Pues bien, esto ya es una decisión, según dice el filósofo. Una drástica decisión que irremediablemente nos lleva a otro caos mental. Porque.... ¿No tomar decisiones significa no decidir nada?

Pues no. Esto ya es también una decisión. No hay ser humano en La Tierra capaz de decir que no ha decidido nada. No existe esa posibilidad. Desde el día que nacemos nos pasamos la vida escogiendo, tomando alternativas, caminos, atajos, etc. 

Perdemos ocasiones, por el simple hecho de volvernos pasivos ante la derrota de otras decisiones mal tomadas. La frustración nos vuelve indecisos, nos debilita y no nos deja resolver con claridad determinadas situaciones.

Y en ello estoy. Debo tomar una decisión importante. ¿La tomo? ¿No la tomo?. Dará igual ¿verdad?

Porque tanto si la tomo como si no, estaré decidiendo algo. Un verdadero galimatías.

 

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Pasamos la vida escogiendo,

sin apenas percibirlo

y también si no escogemos,

también hemos escogido.

 

Con no decidir, decidimos

y decidendo, también.

Decidir es nuestro sino.

No hay forma de huir de él. 

 

Es decisión conveniente

aceptar que decidir, 

es algo que hacemos siempre.

Aunque digamos que no, es que sí. 


 

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