dimarts, 22 d’octubre del 2013

MIS AMIGOS DE ARGENTINA



     Imagino por un momento que he cruzado el gran charco, y que estoy sentada a orillas del Río Paraná. Imagino ese gran caudal, circulando sin pausa, azulado e inmenso, casi un gran lago en movimiento. Pero solo lo imagino. y es más... 
 Imagino cual será el ambiente ahora en estos precisos instantes, media tarde aquí, media  mañana allí.
  Si las amas de casa estarán haciendo sus compras, si los niños andarán correteando por entre las vallas del patio escolar, si algún empresario encorbatado, andará con prisas para coger su auto, o si simplemente la vida cotidiana, ante el maravilloso telón de fondo que ofrece el caudaloso río, será la habitual vida cotidiana de casi todas las ciudades. Eso no cambia por supuesto: En todas partes, llevamos prisas por llegar pronto a cualquier lado.   En todas partes comemos y en todas partes dormimos. El mundo está hecho de costumbres y a poco que podamos, si la economía lo permite las seguimos como verdaderos autómatas. 

   Pero se preguntarán ustedes porque precisamente me ubico en ese lugar y no en otro para imaginar una cosa tan común como un día a día cualquiera:

   Hoy he apreciado que  tengo visitas desde ese país, y me ha dado por imaginarme la vida de mis amigos, que por cierto: (no se lo había dicho),  viven en Rosario y a los cuales desde que se marcharon de España, no he vuelto a ver, salvo por facebouk.. Eran vecinos nuestros. Solían, desde el día en que nos dimos a conocer mutuamente, invitarnos a sus populares asados, y a cantar con ellos esos maravillosos tangos, y a bailarlos incluso, aunque, he de reconocer que esta parte de la fiesta para mí era la más complicada, pues mi don no es el baile precisamente. Así que solía inventar siempre algún pretexto, como: "voy a a ver que hacen los niños", o "salgo un momento fuera a ver si me da el aire", o simplemente "voy al lavabo". 

  El caso es que al ver estas inesperadas visitas desde Argentina, he pensado: ¿Serán ellos?. y si no lo son, ¿Quienes serán?.

  No conozco Argentina, salvo por las referencias de estos amigos. "El Perito Moreno", del que hablan tanto, el mate, ese liquido imprescindible en todo hogar argentino, el dulce de leche, y un montón de cosas más, pero sobre todo y por encima de todo, su acento, capaz de endulzar cualquier ambiente....

  Así que nos les extrañe, queridos amigos, que una servidora, de vez en cuando les hable de esta entrañable familia, y que desde aquí les dedique este espacio de tanto en tanto. Yo por mi parte estoy segura de que comparten conmigo eso de que: Tener buenos amigos, es una suerte, y tenerlos cerca mucho más.....

  Aunque no hay distancia capaz de hacer olvidar una buena amistad.    

diumenge, 20 d’octubre del 2013

UNA ENTREVISTA POSITIVA



  Quizá un baño de moral o de autoestima. Quizá, simplemente una manera de pasar el rato conversando con alguien interesante. Quizás, como una búsqueda de oportunidades, o simplemente como un encuentro ocasional que  probablemente, si no pongo  algo de mi parte,   no vuelva a producirse, pero el caso es que ayer, decidí ir a conocer a la regente de un centro cívico sito en la ciudad más próxima a la mía.

  ¿Un café? Me sugirió la camarera del recoleto local, -¿mientras espera  a que regrese la señora que lleva el tema cultural?.

  Mientras saboreaba el café, demasiado azucarado para mi gusto, no por culpa de nadie sino de mi misma, pues un tanto absorta en no sé que historias, dejé que la bolsita se volcara por completo dentro del vaso, cuando a mí con la mitad, me sobra. Aquel café me duró algo más de lo habitual, pues en cierto modo, allí, sola en una mesa, entre la medio penumbra que ambienta el café-teatro, y la conversación de la  gente que cerca de mí, debatían tan pronto sobre platos de bacalao, que sobre unos niños que hacen danza , había que hacerlo durar: ¿Qué haría yo en cuanto el vaso quedara vacío, y los posos del café se fueran solidificando alrededor de sus paredes?.

  Afortunadamente la señora llegó antes de que tomara el último sorbo, que por cierto estaba ya helado.. Me presenté ante ella como es debido, y acto seguido cogió mi libro de poemas entre sus manos, lo ojeó con atención, lo miró de arriba a abajo y  se entretuvo en leer alguna de sus páginas. Le expliqué cuanto pude de mi misma. Respondí a cuantas preguntas me hizo, y alargamos la conversación durante un buen rato ... No quiero extenderme en cuanto a las palabras de elogio que me dedicó durante toda la conversación, ni pretendo alardear de ello, pero si quiero dejar constancia de la inyección de moral que aquella señora me proporcionó, de la cantidad de autoestima que esa señora inyecta directo en vena  a cada palabra o cada gesto, en cuanto que la tienes delante. Porque..¿Hay alguien tan sobrado de amor propio que no necesite de vez en cuanto una dosis de moral y autoestima?  Pensemos en ello..

dimarts, 15 d’octubre del 2013

ANOCHE NO PODÍA DORMIR..


   Una tras otra, vi pasar las horas en el descomunal reloj luminoso, que aunque tiene la ventaja de no producir el interminable y perseverante "tic-tac", tiene a cambio la desventaja de ofrecer al sufridor de insomnio una luminaria en color rojo intenso o verde semáforo, que con su pesada intermitencia, es capaz de no dejar dormir ni al más paciente de los humanos.
  Dicho queda. ¿No podrían  inventar un aparato más discreto?. Recuerdo que antiguamente, los despertadores eran casi como platos, y que para darle más sonoridad a la hora de disparar ese "RIIIING" tan impertinente, algunas personas, entre las que no me incluyo, más que nada porque nunca me ha costado despertarme, (qué más quisiera yo), algunas personas, digo, los dejaban metidos en una olla de cerámica, para que a la hora de levantarse sonara aún mucho más fuerte
. De manera que en mi bloque, yo tenía controlados a varios vecinos, que, eso sí, tenían el sueño más pesado que el propio despertador,  y les costaba oír el sonido infernal de aquel  aparato. La ventaja de aquellos tiempos es que como el reloj era de cuerda, se acababa en poco tiempo y ya no se volvía a escuchar.
 Luego, más adelante aparecieron los pequeños relojes a pilas, que emitían un sordo pero inacabable pitido, insistente y machacador como pocos ruidos en la vida, y que por mucho que te taparas los oídos se filtraba, a través del aire y que además, si se callaban porque el vecino atinara a tocar el botón que lo detenía, al rato volvían a sonar, y así sucesivamente, hasta que el interesado en cuestión se levantaba a toda prisa,  dando golpes aquí y allá, hasta que de un portazo que hacia retumbar el bloque entero salía por la portería, no sin antes bajar los escalones a zapatazo limpio.  

   Ahora, los relojes, además de emitir el mayor y mas intenso de los sonidos en la historia de los relojes, emiten una luz capaz de iluminar una estancia, y como he dicho antes, no dejar dormir ni al más pintado.

   Aunque, mira por donde ahora, en mi vecindario, cada vez se oyen menos despertadores, y casi no se oye un alma por la mañana. Claro que, pensándolo bien, ¿Para qué necesitan los despertadores, si ahora que pienso, entre los jubilados que solo madrugan cuando el Inserso los lleva de excursión y los parados, que por cierto cada día son más, creo que en mi bloque, la única que madruga soy yo, y nunca uso despertador......  

dimarts, 1 d’octubre del 2013

PERDÓN POR LA USENCIA

     Si, perdòn por la usencia.

    Me llamó un conocido preguntándome si es que he abandonado el blog. Sinceramente, he de decir que a veces una piensa: ¡Va! ¿Qué voy a escribir yo que tenga interés para los demás? . Porque, en definitiva un blog, no es más que eso, un deseo de comunicarse con los demás, de compartir aquellas inquietudes que a uno le abordan de tanto en tanto.  Y escribo en el blog, justamente por ese motivo: y porque pienso que leer sea lo que sea es importante, y porque es una manera de dejarme leer,  además de que esta pequeña incertidumbre de no saber quienes están detrás de la pantalla de su ordenador curioseando mis páginas me da cierta tranquilidad. He de decir, que cuando conozco al lector, o cuando lo tengo delante mientras ojea mi recién editado libro de poemas,(Con la miel en los labios), lo podéis encontrar en Amazon.es, el nerviosismo me juega malas pasadas y me pongo a temblar, como una alumna a la que le hacen un examen oral sorpresa y no se sabe la lección al dedillo.
  Observo la expresión de esa persona, intentando descifrar si es de su agrado o más bien está deseando terminar de leer enseguida, como si leyera por hacer un cumplido.. Y mientras observo, no paro de pensar, no paro de preguntarme si le gustará o no aquello que está leyendo, y entonces el pensamiento me lleva al pesimismo y desde luego, pienso que se me ha de notar mucho la inseguridad que me invade.

  No obstante, yo venciendo la timidez que me embarga, sigo al pie del cañón. A temporadas, como a temporadas va todo en la vida, al menos en la mía.

   Así que querido seguidor, si lees estas líneas, has de saber que sí, seguiré escribiendo en el blog, y seguiré gracias a tí, que me sigues y gracias a todos aquellos que, aún desconociendo su identidad, están ahí, de vez en cuando.

  Un abrazo a todos...