diumenge, 3 de març del 2013

RIO ABION


    Saliendo de Burgo de Osma, en dirección a Vitoria, a mitad de trayecto, un modesto puente, pero bajo él, un río, alegre y cantarín, de aguas color caribe, nos llama poderosamente la atención.

    Vemos un letrero que nos indica hacia LA FUENTONA....¿Qué será?...Decidimos parar he indagar por ahí. Aparcamos, pues la entrada de vehículos esta prohibida y empezamos a andar en dirección al lugar....
    Un apacible camino ancho y llano nos conduce por el lado del río, que entre chopos desnudos de hojas, entre algas flotando en el agua, y helechos nutriéndose de la humedad, nos muestra sus no, cristalinas aguas, si no, más aún: impolutas aguas, asomándose de rincón en rincón, de remanso en remanso...
    La corriente es rápida, y veo que el lecho del río es profundo. Abajo, a través de la transparencia de estas límpidas aguas, un suelo fecundado de nutrientes, se adivina a simple vista. Intuyo que estoy contemplado un maravilloso e íntimo ecosistema que trato de imaginar mientras sigo hacia adelante.
                                                     
   El camino avanza y el río sigue llevando sus aguas en dirección contraria a la nuestra....De pronto, un letrero rural, nos habla del NACIMIENTO DEL RIO ABION, y nos informa de que está a 1,1, kilómetros.
Seguimos caminando deseosos de encontrarnos ante el verdadero origen de tal maravilla.

   Caminamos a través de un SABINAR, que rodea estos parajes, poblándolo por completo.
                       
                                                                           Son bosques especiales, mágicos diría yo. La SABINA es un árbol de aspecto tranquilo, manso, sin forma especialmente definida que agrupándose en los prados forma un paisaje especial.

   El silencio es absoluto. Tan solo la cantinela de las aguas que a tramos toma volumen, se crece, cual tenor se crece en un concierto, porque la corriente se acentúa, camino hacia un inevitable salto del agua.

    Por fin LA FUENTONA, ante nosotros. Una impoluta laguna sin fondo., que une las entrañas de la tierra con el mundo exterior y hace que desde las más remotas profundidades brote el caudal del que presumirá este río hasta su fin...       Una laguna mansa, tranquila, transparente hasta lo indescriptible, de color turquesa, capaz de impresionar al ser más insensible de la tierra. Un sobrecogedor silencio se impone, entre la soledad de este paraje, mientras que yo, por no romperlo, me vuelvo muda, quieta, y trascendental.
    Más adelante, el rugido de una cascada, nos llama a seguir...Es el saliente de un río que irá a unirse al RIO ABION, en algún momento, para colaborar a embellecer aún más su recorrido.
    El camino ahora es más estrecho, pero bien delimitado e igual de llano que el otro. Supongo que quienes han ideado este bello recorrido se esmeraron en hacerlo transitable y cómodo a los pies humanos con el fin de facilitar la visita. Un camino fácil de andar, y bien señalizado en todo momento..

   Por fín la visión de la cascada hace que nos sintamos satisfechos de haber hecho esta excursión..
   Las aguas brotan de no sé donde, y se precipitan como ocho o nueve metros hacia abajo, formando un estrepitoso rumor que ensordece nuestras voces.

   Unas cuantas fotografías y ya, de regreso, a sabiendas de que antes de llegar a la autocaravana, nuestros pasos se diluirán en medio de la oscuridad que empieza a notarse entre este denso bosque. 

   El cauce del río, se vuelve tenebroso, con la caída de la tarde, y un ligero canturreo de pájaros nos despide antes de arrancar el motor.


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