dissabte, 2 de maig del 2020

Dos cosas a tener en cuenta: No sé que escribir y además no me he molestado siquiera en saber porqué he encendido el ordenador...sé sin embargo, que esto de estar ante un teclado me infunde cierto poder, diríase   que es una forma de sentir que tienes alas, que puedes llegar compartir tus diminutas cosas, tus pequeñas reflexiones con aquellos que, imaginariamente, están ahí, detrás de la red, quizá curioseando por casualidad... Quizá es tan reducido el número de personas a los que llega este modesto blog, tan reducido, digo, como para no llegar ni a cinco o seis....pero soñar es gratuito, no cuesta absolutamente nada, salvo si de repente despiertas a la realidad y te das cuenta de que los sueños son solo ilusión...
Pero como yo no quiero despertar, dejadme que sueñe un poco. Dejadme que me enrede en mi propio ovillo, que me pierda entre palabras que salen, a veces de debajo mismo de mis dedos, otras veces desde más arriba, desde el propio corazón. Mecánica forma de expresar sentimientos que ayuda a los escritores a trabajar con fluidez pero que a su vez despersonaliza tanto la palabra escrita...Todos la misma caligrafía...todos el mismo tipo de letra mas o menos grande o pequeña, todos mirando una destellante pantalla en blanco, que poco a poco se va llenando de una mezcla de palabras que llegan a tener sentido...Una tinta invisible va tiñendo la pantalla a medida que mis dedos se deslizan por el teclado.
Dejadme pues que sueñe, y que en la inconsciencia que el sueño proporciona, imagine un mundo mejor. Dejadme que sueñe.

Un recurso muy extendido entre escritores: el sueño. El sueño idílico y casi fantasmal de realidades inalcanzables, al menos para unos cuantos. El sueño de ser comprendidos, escuchados o simplemente llegar a decir algo que cale hondo, que hurgue en los entramados del corazón de las personas más sensibles, y de las más duras también. Un sueño inocente, como inocente es aquella criatura que empieza a vivir y experimentar entre el mundo de los adultos y bajo su supervisión. La búsqueda de una mirada limpia, pura, honesta, bajo los rayos de sol, que te muestre agrado.

Bajo estas manos, que hoy teclean el ordenador, a la espera de que lleguen las musas, van apareciendo renglones que no dicen nada, y que a pesar de ello no pienso borrar. ¡Ya está bien de borrar apuntes, de romper hojas, de tirar folios a la papelera o simplemente, de pulsar el "Supr"
una y otra vez y releer de nuevo una vez reescrito.

Inseguridades, dudas, pereza. Todo aquello que desconocemos nos da pereza y lo conocido a veces también. Tendemos a ser cómodos, a observar desde la mirilla la vida a nuestro alrededor, sin inmiscuirnos en los problemas ajenos, sin casi preocuparnos del mundo que sigue girando a pesar de nuestra ignorancia. Seguimos hablando por hablar y como no, escribiendo por escribir, como hoy acabo de hacer yo misma. Ustedes perdonen. por no decir nada y acabar esta página sin más, que decir hasta mañana.

1 comentari:

  1. Hablar o escribir sin decir nada, a veces es una manera de decir mucho.A veces es todo un arte.
    Escribir también es oficio. Nosotros todo lo hemos aprendido por nuestra cuenta a fuerza de leer a otros. Bien está que dejemos constancia de que leyendo se aprende a escribir.

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