diumenge, 13 de gener del 2013

MUCHO ANTES DE LA GRAN TECNOLOGIA

    Mucho antes, ya existían los ordenadores. Sí. Una vez alguien me dijo que llegaría el día en que todo el mundo en su casa podría disponer de un ordenador, y yo, que soy algo incrédula y además algo conformista, contesté ¡Hala!, eso suena a ciencia ficción. Acostumbrada como estaba a la famosa "lettera 32" de "Olivetti", en la que gracias al colegio aprendí a teclear con cierta rapidez, y en la que siempre, alguna letra salía torcida, o más borrada que las demás, (Recuerdo que en la mía  la letra A, siempre había que teclearla dos veces, para que figurara en el papel), acostumbrada al famoso papel carbón para hacer copias, o a romper hojas cuando me equivocaba ..el paso a los ordenadores me pareció todo un acontecimiento.
   Y eso que por aquel entonces, y estoy hablando del año 1973, ese paso que imagino costó dios y ayuda el darlo.. hoy en día nos parece tercermundista. Probemos sino a explicarle a un niño de ocho años que empieza a manejar el ordenador con tanta soltura, que hace tan solo treinta años no existían. A ver cuanto rato se está riendo con cara de incredulidad..
   Sí, así empecé yo, cuando sin saber porqué, cosas de la vida, un profesor, mi profesor, me ordenó que recogiera las cosas del pupitre, y que le acompañara...Por un momento creí, que a alguien de mi familia le habría ocurrido algo, pero por suerte no era eso: Simplemente era, que a mis trece años, alguien había decidido por mi, que debía cambiar ese pupitre por una mesa de trabajo en una gestoría. Por supuesto me limité a seguir sin protestar, y jamás pregunté porqué a partir de entonces si quería seguir estudiando, debería hacerlo en horario nocturno..Creo, y visto desde la lejanía, que pensé que las cosas funcionaban así....
   De repente me vi sentada frente a una enorme y ruidosa máquina (ni tan siquiera se le llamaba ordenador, sino computadora), en la que sentada me cabían las piernas debajo, y que funcionaba con fichas perforadas. Unas enormes fichas tamaño, ni se sabe, que tenían en sus laterales unos agujeritos pequeños, los cuales leía la banda tras engullirlas, como un famélico devorador, luego las devolvía, y así sucesivamente, una tras otra. Cientos, miles de fichas de aquellas pasaron por mis manos durante un tiempo...
   Más adelante la cinta perforada empezó a dejar paso al cassette, en el que se introducían los datos, y de allí se sacaban las nóminas, y todos los documentos que la impresora, ya renovada, nos  devolvía debidamente cumplimentados. Aquello sí, que era todo un adelanto y una señal de progreso..pero..

  Luego por fin, llegaron los ordenadores personales. Era todo un logro. Podíamos escribir e imprimir, rectificar sin romper hojas, hacer copias sin papel carbón,, y además ya no habría que estudiar mecanografía, puesto que en casa aprendíamos en un santiamén...

  Uno de esos ordenadores llegó a mi casa, como a la casa de tantos otros amantes del progreso que empezaban a informatizarse... La pantalla no era en color por supuesto, y las letras tenían un tono verdoso
un tanto incómodo pero, todos, yo la primera, decíamos ¡Hay que ver! que adelantos.

  Un día una persona me dijo que llegaría el momento en que los ordenadores servirían para todo, para escribir correos, para hacer la famosa y temida renta, para pagar recibos y para mandar fotografías y vídeos a nuestros amigos, solo le faltó decirme que eso se llamaría Internet y por supuesto, inventarlo, pues aunque no lo inventó él, podría haberlo hecho...

  Total, que visto lo visto, viva el progreso, que es en definitiva lo que hoy me permite escribir este comentario y compartirlo con quien quiera entretenerse en leerlo.




EL ORDENADOR

Hoy, sola ante este aparato tan impersonal
que tan solo obedece a mis dedos si pulso sus teclas
que copia todos mis pensamientos, que nunca protesta
que guarda todos mis secretos, que nunca los cuenta
Hoy, sola ante él, pensando y pensando me dejo llevar.
No hay nadie tan fiel, ni nadie tan mudo, que pueda ocultar
aquello que pienso, que me hace crecer, que me ayuda a amar.

Hoy sola ante él, si tuviera fe, quisiera rezar,
Quién sabe si Dios, allá donde esté, tendrá un “email”
Quien sabe si yo, aquí donde  estoy, podré alguna vez,
sentirme tan bien, para responder a tantas preguntas
como me he de hacer. Si saldré de dudas,
yo, alguna vez, o tal vez, yo no encuentre nunca
aquellas respuestas que siempre busqué.

Hoy, sola ante este aparato, quisiera rezar,
aquel padrenuestro que a mi me enseñaron
Quisiera que Dios estuviera en él,
que bajo las teclas de este teclado,
alguien desde el fondo, oculto debajo
quisiera por fin responder,
aquello que nadie me ha contestado.

Hoy sola ante él, sola, sola  sigo estando.
Y sola estaré, si al fin no lo apago.
Pero es que apagarlo, es como perder
aquel viejo amigo que no ha de volver.
que un día se fue, dejándote sola
Hoy sola ante él, ante este aparato
evoco momentos que mi hoy añora.

El no dice nada y solo obedece a mis manos.
Nada me responde, nada contradice,
y todo esta bien, jamás me hace daño.
Yo se que debajo de este teclado
no hay nada, de ese mundo mágico,
que estoy inventando, que su pensamiento
es el mío propio, y que sin mis manos
no existe el milagro, pues se queda muerto.
Pero es tan hermoso, andar fantaseando.....

Y mira por donde,
hoy este aparato
lo que en él he escrito,
 en algún rincón
lo deja guardado..
Y si esto no es magia,
 no existen lo magos.



Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada