dimecres, 9 de gener del 2013

UNA DEL CHIQUILLO


                                                    LOS VENTILADORES

   Escuha, es un pueblo minero del olvidado y arrinconado Teruel, situado en medio de minas de carbón, en la actualidad inactivas, rodeado de bellos paisajes agrestes, pero poco productivos, donde las piedras, entre pinos raquíticos por la falta de agua, se encargan de formar el entorno de este lugar, y moldear a capricho las laderas de la montaña y donde el olor a carbón aún hoy en día impregna el ambiente, hasta el punto de sentir que marea.

  De vez en cuando, una polvareda fina y oscura, reseca como el aire de esta zona, tiñe los pétalos de las escasas flores que, ignorando el medio hostil en que han nacido florecen en medio del campo.

  Más arriba, cuando el pequeño pueblo parece un pesebre visto desde las alturas, subiendo por la montaña, a mano derecha, se extiende un bosque difícil de describir y aún más arriba una extensa meseta, llamada San Just, casi interminable a simple vista y habitada tan solo por solitarios molinos de viento.  (Esos gigantes modernos, blancos como la nieve misma que  en invierno cubre estas tierras, esbeltos, de hélices descomunales. Esos gigantes que nuestro Quijote no entendería por más que le explicáramos….En la meseta, siempre hace viento, un viento fuerte, huracanado…)

   Eric, tenía seis años cuando lo llevamos a aquel lugar. Al bajar del coche, el viento se lo llevaba y Eric casi cae rodando por los suelos…

Tras unas trepidantes carcajadas, miró hacia los gigantes y exclamó:

NO ME EXTRAÑA QUE AQUÍ HAGA TANTO AIRE..¡CLARO!..CON TANTOS VENTILADORES…..     ja,ja,ja.           

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